domingo, 20 de setiembre de 2009

El señor de los temblores

El Patrón Jurado de la ciudad peruana del Cuzco es el “Señor de los Temblores”, un Cristo tallado que sale en procesión cada Lunes Santo y que recibe los más grandes honores personales, institucionales, religiosos, civiles y militares. Esta exquisita y antigua reliquia tiene su piel oscura –por lo que también es llamado el “Cristo Moreno”- y se debe al humo de las velas y el incienso que se le han ofrendado por años y años.

Cuenta la historia que en marzo de 1650 un feroz terremoto y sus constantes réplicas los días siguientes azotaron el Cuzco, por lo que los pobladores sacaron de su altar al Señor y lo llevaron en procesión por la ciudad, hecho después del cual los movimientos cesaron. Para asegurarse de terminar de aplacar la tierra, el Cristo fue colocado en la puerta de la Catedral mirando hacia la ciudad para que se prolongue el milagro. Desde entonces, el Cristo fue conocido como el “Señor de los Temblores”.

Con las grandes distancias y salvedades del caso, Venezuela también tiene su “señor de los temblores” (con minúsculas), pero por los movimientos y sucesos más que telúricos con los que tiene castigado el país, y no sólo los lunes de Semana Santa, sino cuando le sale de lo más profundo de sus pensamientos.

Tras una larga gira mundial, cuyos resultados y beneficios concretos para el país se sabrán el día que llueva para arriba, Hugo Chávez regresó a Venezuela y no hizo más que traer temblores verbales, políticos… y de tierra también. El sábado 12 de septiembre difícilmente se borrará del recuerdo de los habitantes de Caracas (principalmente) que en una sola tarde “disfrutaron” de una tormenta eléctrica, granizo y como postre un fuerte remezón, todo a pocas horas del arribo del líder revolucionario. ¿Maldición? No lo sabemos, pero muchos maldijeron la infeliz coincidencia.

De hecho, algunos notaron que en los pocos días que Chávez duró fuera sucedieron algunas cosas “buenas”, lo que es cosa rara cuando él se encuentra aquí. Pues sí, en su ausencia subió el precio del petróleo, la selección de futbol ganó un crucial partido y hasta se obtuvo otra corona en el Miss Universo… demasiado bueno para ser verdad.

Curiosamente hay una relación del “señor” de aquí con el Señor del Cuzco; pues el Perú se ha vuelto la nación receptora de todos los perseguidos políticos de este régimen y el último en pedir asilo es Oscar Pérez, quien tuvo como delito estar al frente de cuanta caminata, aglomeración o marcha de la oposición se organizara en los últimos meses. Quien quita que hasta Rafael Poleo –que acaba de ser imputado- pase por Lima y siga los pasos de tantos venezolanos que se mudaron forzosamente hacia el sur.

Y es que los temblores siguen. Las “nuevas” medidas económicas, anunciadas por enésima vez por Chávez “mesmo” y/o sus acólitos no terminan de parirse. Son tantas las veces que se han anunciado, que de nuevas sólo tienen el nombre, y corren el riesgo de estrellarse una vez sean “lanzadas” por el caudillo. Todos sabemos lo que debería hacerse en economía, pero todos sabemos también que no se atreverá a hacerlo. Quizás por eso su afán de provocar siquiera una media mirada del “Imperio” para poder decir que estamos al borde de la guerra asimétrica y así justificar el levantamiento de los absurdos controles en la economía.

Pero no nos hagamos ilusiones, eso no va a pasar. Las decisiones que Chávez debería tomar como estadista, no van con él. Todo es “socialismo”, todo es “revolución” y todas las demás sandeces conexas que son conocidas hasta por su propia gente. Seamos realistas, el “señor” de aquí, no hace milagros.

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