domingo, 8 de febrero de 2009

Sin censura no hay revolución

Como una gran noticia, aunque pareciera más cosa de chiste o de ciencia ficción, el gobierno cubano anunció que no tiene previsto "actualmente" extender el servicio de internet a particulares, así como lo hiciera en el año 2008 con la telefonía celular; aunque es una posibilidad que "no se descarta", informó la prensa oficial.

En declaraciones al diario Juventud Rebelde, el viceministro de Comunicaciones, Boris Moreno, señaló que la posibilidad de abrir el acceso individual a internet "no se descarta, aunque sea algo sobre lo cual actualmente no hay una medida tomada".

Cuba necesitaría "tener garantías primero desde el punto de vista técnico y económico de que es posible respaldar ese servicio, como lo hemos hecho con la telefonía celular", explicó. Toda esta información, la hemos tomado de la agencia EFE.

Para quien todavía lo desconoce, el asunto de la libertad de la información y comunicación forma parte de la política de represión existente para el común de los mortales cubanos, residentes y sobrevivientes en la isla. Casi desde que se instaurara la "revolución", hace 50 años, se inició la confiscación de medios de comunicación en línea con el objetivo de evitar cualquier manifestación contraria al movimiento "revolucionario", y mas aún, la generación de un pensamiento de crítica, de razonamiento, de inconformidad y de libertad.

El asunto es que la censura ha sido y sigue siendo una de las herramientas utilizadas por el régimen cubano para mantenerse, y evitar que las voces y cerebros disidentes erosionen las bases (si es que realmente quedan) y la razón de existir de un sistema que hoy resulta desfasado, anacrónico y mutilador de las libertades elementales.

Según el mencionado viceministro, "desde el punto de vista político no hay ninguna limitación, salvo que, como sucede en todos los países del mundo, no vamos a permitir el acceso a sitios que estimulen el terrorismo y alienten la subversión del orden establecido, el orden que se ha dado el propio pueblo cubano".

O sea, en buen castellano, la clase gobernante no puede permitir que los sufridos cubanos, sobretodo aquellos que nacieron con Fidel, crecieron con Fidel, se enamoraron con Fidel, se casaron, tuvieron hijos y todo lo demás con un sólo hombre en el poder, se den cuenta a estas alturas de la vida que todo fue un sueño, un mal sueño, una pesadilla, y que en el mundo fuera de la isla las cosas son y pueden ser mejores.

En pleno siglo XXI, en el que muchísimos no nos imaginamos un día sin estar frente a la computadora para leer las noticias, un correo, chatear con una persona al otro lado del mundo, ver y sentir la actualidad casi al instante, o simplemente fisgonearle el estado de ánimo o sus últimas fotos a alguien a través del Facebook; el régimen castrista tiene el tupé de todavía decidir si permite algo que no es lujo, sino un vehículo de información, de comunicación, de conocimiento; pero sobretodo, de libertad.

Según los propios sufridos pero esperanzados cubanos, en la isla todo es controlado, todo proviene de un "órgano oficial", con informaciones "oficiales" o con "noticias" que al censor se le ocurre que son tal (discursos de Fidel o -desde hace algunos años- de Hugo Chávez, el autodenomidado "hijo"). En todo este contexto, cualquier cosa que pinte a un mundo distinto a ese "paraíso tropical" -en el que se habla medido, se come medido, y se debe pensar medido- es considerado "terrorismo".

No obstante, algunos ilusos (o forajidos) dicen que la isla es de verdad una maravilla y que todo es un invento de los medios capitalistas, imperialistas. En palabras de Yoani Sánchez, la blogera cubana más leida del planeta (censurada por el régimen, por supuesto), el resultado de la visita de un turista a la Cuba "de verdad, verdad" sería el siguiente:

"Al finalizar su estancia, los arriesgados excursionistas obtendrían un diploma de “conocedores de la realidad cubana”, pero tendrían que venir algunas veces más para ser declarados “adaptados” a nuestro absurdo cotidiano. Se irán más flacos, más tristes, con una obsesión por la comida que saciarán en los supermercados de sus países y, sobre todo, con una tremenda alergia ante los anuncios turísticos. Esas doradas propagandas que muestran una Cuba de mulatas, ron, música y bailes no podrán esconder el panorama de derrumbes, frustración e inercia que ellos ya han conocido y vivido."

Existe un proyecto de unir Cuba con Venezuela (¿padre e hijo?) con un cable de fibra óptica que, para el 2010, facilitaría el acceso de la isla a Internet. La gran incógnita surge sobre si también se transmitirá a través de dicha conexión algo de libertad continental hacia Cuba... ¿o es que se querrá importar los vicios censores hacia Venezuela? Lo cierto es que en la autopista de la información, muchos pueden ser atropellados.

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