viernes, 6 de febrero de 2009

David y Goliat

Faltan apenas siete días para que en Venezuela se termine el lapso de campaña electoral, de cara al próximo referendo del 15 de febrero, proceso que se añade a la larga lista de comicios y consultas realizadas en los diez años que lleva en el gobierno Hugo Chávez.

Si algo caracteriza este proceso en particular -a menos de dos meses del realizado para elegir nuevos gobernadores y alcaldes- es el enorme, abrumador, gigantesco ventajismo del gobierno (o de Chávez, léase indistintamente) con la opción del "Sí" que promueve, frente a la modesta pero interesante campaña del "No" opositor.

Y es que a Chávez no le basta tener canales de televisión, canales internacionales, periódicos, radios, parlamentarios en campaña por el mundo, sino que empapela el país con carteles, avisos, pendones, y hasta utiliza los "Anuncios Google" para "atacar" a los venezolanos. Ante esta realidad, es risible -por decir lo menos- cuando personajes del entorno "chavista" hablan de una supuesta hegemonía de los opositores en los medios.

Es interesante el análisis de los mensajes del "Sí", pues lo que destaca es la ausencia de profundidad, de argumento y la presencia de contradicción con lo que supuestamente propone la enmienda constitucional. Y decimos "supuestamente" pues en ningún momento la Asamblea Nacional (que promovió la enmienda) ha dado a conocer como quedarían redactados los artículos a ser modificados, de ganar la opción del "Sí".

Chávez, en un inesperado golpe de timón, incluyó a última hora todos los demás cargos (además del suyo) en la propuesta de elección continua, ilimitada, indefinida, como quiera entenderse. Sin embargo, la publicidad siempre se ha referido única y exclusivamente a él, destacando su apellido como el centro de todo, casi convirtiendo -una vez más- el proceso en un plebiscito.

Desde el punto de vista comunicacional, ¿será efectiva la campaña del "Sí"? ¿logrará captar nuevos votantes a favor de Chávez? ¿logrará retener a sus supuestos millones de simpatizantes y/o inscritos en su partido socialista? Creemos que la respuesta es negativa.

Mientras los mensajes dificilmente tratan de convencer a una población cada vez más desencantada, el candidato-presidente, en reiteradas cadenas de radio y televisión, ataca, agrede, insulta y desprecia a todo aquel que lo adversa. ¿Quién puede comprar un producto que se vende como "amable" pero se degusta como "agresivo"?

De hecho, el principal contentor de Chávez no es algún líder opositor, sino miles, quizás millones de personas: los estudiantes universitarios. Con un mensaje sencillo, claro, didáctico y hasta educativo (con argumentos históricos y legales) le han dado fuerza a su mensaje, a pesar de no tener la fortaleza mediática del gobierno.

Sin duda es una lucha entre un David y un Goliat comunicacional, y aún quedan días de "coqueteos" entre ellos antes del combate final del 15 de febrero. La historia bíblica, ya la conocemos; la de Venezuela, está por verse.

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