domingo, 17 de junio de 2007

La economía de los brutos

Luego de semanas de penurias, colas y recorridos infructuosos de la población en busca de algunos componentes de la cesta básica alimentaria; tras semanas de desconcierto de los consumidores frente a la escasez de productos; tras semanas de mentadas de madre al gobierno ante la explicación estúpida de que todo es falso, que no hay escasez de nada; el “líder” de la “revolución” admitió –aunque con mucho esfuerzo” que el desabastecimiento "tiene parte de verdad".

Claro, no se puede pretender que un individuo que nunca ha aceptado una versión de la realidad distinta a la suya, de buenas a primeras, admita que el desastre en el que se ha convertido la economía venezolana sea de su absoluta responsabilidad, dado que él es el “creador” de ese adefesio llamado “socialismo del siglo XXI”. Sin embargo, en la medida que en su barco aparezcan más forados y su barco se vaya hundiendo, al “comandante” Chávez sólo le quedarán dos alternativas: o hundirse con él, o salir huyendo.

No existe justificación alguna para que una nación como la venezolana siga sujeta a los más absurdos e injustificables controles económicos (léase control de precios, de cambio, de tasas de interés, etc.) y, en consecuencia, atrapada en una serie de desequilibrios y distorsiones que afectan a toda la población sin distingo de clase social, económica, nivel cultural o tendencia política. Menos aún cuando Venezuela es una de las pocas naciones en el mundo que ha tenido en los últimos años feroces ingresos que, de haber sido bien administrados, le hubiesen permitido emerger del subdesarrollo.

Cuando el ex militar golpista afirma que las fallas de producción en el país se deben al "modelo económico del cual todavía no hemos salido (...) el viejo modelo capitalista de explotación, de empobrecimiento de las minorías", no hace más que –una vez más- asumir que en Venezuela convive una manada de idiotas, una mayoría que se cree cuanta necedad él diga, o que simplemente todos son una cuerda de brutos.

El supuesto “socialismo del siglo XXI” ha tenido desde hace mucho tiempo suficientes recursos económicos como para desmontar “el viejo modelo capitalista”; sin embargo, el gobierno ha demostrado que no cuenta con el recurso humano calificado y mucho menos con la suficiente base empírica y académica para desarrollar un programa económico coherente, progresista y acorde con los tiempos de modernidad. Por ello, los pretextos de Chávez para justificar su fracaso en materia de política económica son sólo afirmaciones huecas, demagógicas, populacheras que develan su crasa ignorancia y el bajo concepto que tiene de la sociedad al decir semejantes incoherencias.

Para el gobernante venezolano no existe una caída en la producción; para él, no hay escasez, sino “una conspiración” de parte de los pocos productores privados que quedan en el país. En vez de caída en la oferta, afirma que hay un aumento del consumo (demanda) y que éste se debe a que "el venezolano tiene mejores condiciones económicas"; cuando, muy por el contrario, el padecer diario de una gran parte de la población es tratar de conseguir “algo” para mantener el mismo nivel de vida, ya bastante deteriorado, por cierto.

Para variar, Chávez ha lanzado amenazas de expropiación; esta vez, a los pocos ganaderos que quedan en el país. La razón: la negativa de venderle leche a precio regulado, por debajo del costo, a una planta estatal. El modelo picapiedra, anacrónico, disparatado, del asustado hijo putativo de Fidel Castro no salvará al país del capitalismo; lo hundirá en el más profundo fracaso, allá donde se encuentran las experiencias “socialistas” del siglo pasado.

Hasta un estudiante universitario, con conocimientos básicos de Macroeconomía, entiende, se percata y se asombra del nivel de ineptitud, de falsedad y de peligro que existe en materia económica en Venezuela. No obstante, se gastan mil millonarias cantidades de dinero en publicidad gubernamental con la intención de que la gente se coma el cuento de que “está mejor que antes”, que “gana más que antes”, y que todo lo malo es culpa del Imperio, de Bush y de los enemigos de la “revolución”.

Chávez trata de intimidar al movimiento estudiantil (que sigue en las calles), a la población, y a todo aquel que lo adversa, con la amenaza de que “van a bajar los cerros” a defenderlo en caso de que intenten derrocarlo. Si lo dice, es porque sabe que existe la posibilidad; no de que los “cerros bajen”, sino de su derrocamiento. Lo que no pareciera saber es que los “cerros” tampoco encuentran azúcar, leche, carne. La economía, hace tiempo que en Venezuela dejó de ser asunto sólo de los economistas. Los brutos no son los que no saben de economía, sino los que hacen desastres con ella. Esa no es economía socialista, es simplemente economía de los brutos.

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