miércoles, 23 de febrero de 2005

Cantos de Lluvia

El último domingo, como ha sido costumbre desde hace muchas lunas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, se dirige al país a través de su programa “Aló Presidente”, el cual se transmite por el canal de televisión del Estado y algunas radioemisoras. Para variar, el mandatario venezolano –intencional o no- genera reacciones, polémicas, rabietas y otras cosas más a través de su variopinta sesión dominical.

El 20 de febrero no fue la excepción. Tomando la palabra a lo dicho por Fidel Castro días atrás quien “paternalmente” le aconsejó que se cuidara, Chávez gritó a los cuatro vientos que el gobierno de los Estados Unidos, que George Bush, lo quiere matar. El presidente de la Asamblea Nacional –en la misma onda- advirtió que si asesinaban a Chávez, Venezuela dejaría de abastecer de petróleo a la nación del norte. El ministro de Comunicación e Información declara que existe una campaña mediática orquestada por los Estados Unidos en contra de Venezuela y hasta menciona a un corresponsal extranjero en el país como receptor de fondos para ello, aunque admite que no tiene pruebas para demostrarlo.

En un artículo anterior (“El verdadero complot”), coincidentemente, comentamos sobre las bombitas de distracción y las cortinas de humo. No se porqué, esto huele a algo parecido.

En las recientes fechas de carnaval, en Venezuela hubo mucha agua, más que agua. Desgracias, ríos desbordados, carreteras inutilizadas, caminos bloqueados, damnificados, pérdida de vidas humanas. Y no quedó ahí. Las lluvias siguieron y, hasta el día de hoy, hay pánico, regiones del país que siguen inundadas y personas que lo único que tienen es su vida. Mientras eso ocurría y ocurre, Chávez habla de posibles magnicidios (no es la primera vez), y se pone a cantar en su programa y arremeter contra todo lo que suene a disidencia. La única respuesta que ha obtenido del gobierno estadounidense –por ahora- es que las acusaciones de complot son “ridículas y falsas”.

¿Qué busca Chávez con toda esta alharaca en contra de los yanquis? ¿Qué pretende con levantar polvareda todo el tiempo contra el “imperialismo”, como el lo llama? Es obvio que el Tío Sam no tiene muchos simpatizantes en América Latina, pero pareciera que el mandatario venezolano quisiera tomar para si a toda esa gente y convertirla en “chavista”. Lugar que visite, “goza” de sus ofrecimientos, de sus posibles negocios, de su petróleo y, como buen populista, se viste ideológicamente del terruño que pisa. En China fue maoísta; en Argentina, peronista; y así pare de contar.

Hasta aquí alguien podría decir que Chávez puede decir y hacer lo que le de la gana, mientras haga lo que tiene que hacer como gobernante. Claro, siempre y cuando lo haga, cosa que muchos de esos damnificados por las lluvias andan reclamando y exigiendo, o –en el mejor de los casos- dudando de que lo haga. De hecho, los días de carnaval, en los que el agua seguía cayendo, las malas noticias iban y venían, el presidente brillaba por su ausencia. En ningún medio apareció, en ningún audio se le escuchó y mucho menos se lo vio al frente de las labores de rescate. Y eso que para todo aplica la perspectiva de “misiones militares”, de guerra, de enemigo, de estrategia y demás yerbas.

La zona del Estado Vargas, la misma que sufrió la desgracia de 1999 cuando cientos de personas desaparecieron y otras tantas lo perdieron todo, recibió hasta mil millones de dólares para su reconstrucción y realización de obras de prevención en quebradas y ríos. Las obras efectivamente culminadas se pueden contar con los dedos de una mano. ¿Dónde está todo ese dinero cinco años después? ¿Dónde está el desarrollo de obras que tuvo asesoría internacional? Hasta quien ocupó por un tiempo el cargo de “autoridad única” de ese gran proyecto de reconstrucción ha hecho público el mismo cuestionamiento.

Semanas atrás el gobierno realizó una especie de “Teletón” para conseguir fondos para los damnificados de Asia, actividad que bautizó “Un bolívar para Asia”. Se recaudaron más de veinte mil millones de bolívares y el sector privado colaboró profusamente. Se comentó que Chávez iría personalmente a hacer entrega de ese dinero y transmitiría su programa dominical desde esas latitudes. Días después, Venezuela es la que enfrenta la tragedia. Y cuando se pide la ayuda para el propio país, muchos lo piensan dos veces. ¿Por qué voy a dar si el gobierno tiene tanto real? ¿Dónde están los reales de Vargas? ¿No pidieron un bolívar para Asia? Qué Asia un carajo, que se los den a los nuestros, no joda!!! se escucha por ahí.

El domingo 20 de febrero otro programa de “Aló Presidente” estuvo al aire. "Ya Fidel Castro lo dijo hace algunos días. Ahora lo voy a decir yo. Y ni Fidel Castro ni yo hablamos pendejadas. Si a mí me llega pasar algo, hago responsable al presidente de EEUU de Norteamérica"... Hasta cantos se escucharon en voces de funcionarios públicos alentados por un profundo fervor chavista. En Venezuela no hay necesidad de la danza de la lluvia. Con los cantos, de burócratas o de sirenas, basta y sobra.

miércoles, 2 de febrero de 2005

El verdadero complot

A poco más de un año de culminar su período, podríamos afirmar que este “gobierno” está en la recta final; sin embargo, dadas todas las circunstancias de coyuntura y las características que todo el mundo sabe, podemos afirmar con toda seguridad que en realidad está jugando en tiempo suplementario.

Y es precisamente por eso, porque se está cayendo a pedazos, que ya aparecen (o están a punto) aquellos que quieren acomodarse en el 2006. Habrán algunos que empezarán a disparar para todos lados (por probabilidad a algo le darán); y otros que, por lo menos, querrán irse con la cara bien lavada o con la “conciencia tranquila”. ¿Cómo es eso? Pues dando pasitos disimulados al costado, alejándose de Alejandro (me salió en verso), o sea, echándole las culpas que se merece, como todo el mundo lo hace, aunque sea un poquito o disimuladamente.

Sin embargo, la tarea de quitarse esa raya de encima no es nada fácil. El agua derramada no se puede recoger. Así como hubo un Alan García al lado de una APRA que desgració el país a finales de los ochenta; y un Fujimori en los noventa que “acomodó” muchas cosas pero con una podredumbre descomunal; así todo el mundo sabrá que hubo un espejismo llamado Toledo que brilló por el rechazo popular, por su ineptitud y porque le quedó muy grande el cargo que tanto aspiró.

Para seguir poniéndola, en este tiempo extra que se está jugando, en vez de hacer cambios inteligentes en el equipo, siquiera para salvar el honor perdido, el gobierno se dedica a hacer piruetas baratas de circo. No es cosa nueva que los gobiernos lancen “bombitas de distracción” o –algunos con más suerte y/o inteligencia- elaboren una gran y consistente “cortina de humo”. Casos en la historia tenemos en el Perú, Latinoamérica y alrededores. Ya sea con vírgenes que lloran, con un acontecimiento que haga aflorar el sentimiento patriota (o patriotero), o un gran show de cualquier índole que capte el apoyo popular, los gobiernos mediocres recurren a esa arma de doble filo… y muchos se cortan.

El caso del complot contra la democracia, contra el gobierno, la persecución que se pretende hacer contra los medios de comunicación y/o periodistas no pasaría de ser una tremenda ridiculez, si no fuera por algunos hechos claramente identificados en la región. Un poco al norte, en el Ecuador, Lucio Gutiérrez reclama a la prensa que divulguen los hechos positivos de su gobierno y que dejen de criticar tanto, palabras más, palabras menos (¿dónde escuché eso antes?). Más hacia el Caribe, en Venezuela, se va a enjuiciar a una periodista por divulgar información sobre el expediente que dice muchas cosas “extrañas” sobre el asesinato del fiscal Danilo Anderson, en noviembre pasado.

En el Perú, el gobierno, o gente afecta a él, pretenden captar adhesiones para acallar a la prensa, para que no sigan destapando y ventilando sus bajezas, llegando al extremo irónico de participar en esta charada individuos que alguna vez trabajaron, vivieron o estuvieron relacionados con el desempeño periodístico. Qué conchudos !!!

No obstante, no están tan equivocados: sí hay un complot, uno verdadero, y no es un asunto de días o semanas; tiene meses y meses, quizás años entre nosotros. Un complot que debemos desarticular, eliminar, desaparecer del país; y que tiene nombres y apellidos.

El verdadero complot no tiene como intención tumbar este gobierno de pacotilla. El verdadero complot es actuar con cerebro subdesarrollado o retrógrado (que en realidad no tiene nada de malo, pues cada quien es libre de comportarse como le da la gana). El detalle está en que un gran número de esos personajes son los que están en el gobierno, en el Congreso (en ambos bandos, pues no es exclusivo de los oficialistas) o en cargos de importancia en la administración pública. El verdadero complot es ser tan mediocres, estar ocupando los cargos que tienen y que por ellos el Perú no tenga la sociedad desarrollada que se merece.

El Congreso está lleno de personajes de dudosa reputación o de claros prontuarios. Ocupan curules por el solo hecho de haber estado en una plancha de candidatos y haber pagado por ello. Muchos de ellos son ilustres desconocidos (que no es ningún pecado) pero cuando salen a la luz pública resultan ser hasta delincuentes que seguirán actuando, pero con inmunidad. Violadores, estafadores, padres que reniegan de sus hijos, matones, simples brutos o comechados viajeros que no saben ni expresarse, conforman la especie parlamentaria actual. ¿Con todas estas perlas quieren crear una comisión para investigar un “complot”?

Y del gobierno, del presidente, de su entorno familiar, del tren ministerial, de los asesores y demás cabezas visibles, ni hablar. Todos los lectores pueden contribuir con algo que decirles. ¿Porqué nadie señala este verdadero complot contra el país? ¿Porqué nadie señala que si este país no ha avanzado significativamente en cinco años, es por responsabilidad de ellos? ¿O es que también van a evadir o eludir eso?

Presidente, ministros, parlamentarios, altos cargos públicos: dedíquense a trabajar, carajo !!!. Justifiquen en algo todo ese dineral que se malgasta en ustedes, en muchos casos. Preocúpense por administrar justicia y no pretender persecuciones. Hagan el esfuerzo, traten siquiera, de actuar inteligentemente. Al fin y al cabo, no es Dios y la Patria, quienes los demandarán.